Amado Nervo Para Antonio Zaragoza Adoremos las carnes de marfiles, doremos los rostros de perfiles arcaicos: aristócrata presea; las frentes de oro pálido bañadas, las manos de falanges prolongadas, donde la sangre prócer azulea. Venid, adoremos el arcano Ideal, compañeros. Adoremos los ojos dilatados, cual piélago de sombras, impregnados de claridades diáfanas y astrales, los ojos que abrillanta el histerismo, los ojos que en el día son abismo los ojos que en la noche son fanales. Venid, adoremos el arcano Ideal, compañeros. Adoremos las almas siempre hurañas, las más silenciosas, las extrañas que jamás en amores se difunden: almas-urnas de inmensos desconsuelos, que intactas se remontan a los cielos, o intactas en el cócito se hunden. Venid, adoremos el arcano Ideal, compañeros. ¡Oh poetas, excelsos amadores del arcano Ideal, dominadores de la forma rebelde: laboremos por reconstruir los góticos altares, y luego a sus penumbras tut
Literatura de todas partes