Rubén Darío Balada laudatoria a don Ramón del Valle-Inclán Del país del sueño, tinieblas, brillos, donde crecen plantas, flores extrañas, entre los escombros de los castillos, junto a las laderas de las montañas; donde los pastores en sus cabañas rezan, cuando al fuego dormita el can, y donde las sombras antiguas van por cuevas de lobos y raposas, ha traído cosas muy misteriosas don Ramón María del Valle-Inclán. Cosas misteriosas, trágicas, raras, de cuentos oscuros de los antaños, de amores terribles, crímenes, daños, como entre vapores de solfataras, caras sanguinarias, pálidas caras, gritos ululantes de pena y afán, infaustos hechizos, aves que van bajo la amenaza del gerifalte, dice en versos ricos de oro y esmalte don Ramón María del Valle-Inclán. Sus aprobaciones diera el gran Will, y sus alabanzas el gran Miguel, a quien ya nos cuenta cuentos de abril o poemas llenos de sangre y hiel. Para él la palma con el laurel que en manos de España listas e