(Escena) La nodriza - Herodías Nodriza ¡Vives! ¿O aquí la sombra miro de una princesa? A mis labios tus dedos, sus anillos, y cesa de andar por ignoradas edades... Herodías Detente. De mis inmaculados cabellos el torrente rubio, al bañar mi cuerpo solitario, lo hiela de horror, y mis cabellos, que la luz encarcela, son inmortales. Un beso me mataría si la belleza no fuera la muerte... ¿Guía qué imán, y cuál mañana que olvidan los videntes vuelca su triste luz en ocasos murientes, lo sé yo? Tú me has visto, mi nodriza invernal, bajo prisión de piedras y de duro metal donde arrastran leones viejos siglos arcanos entrar, mientras venía, fatal, puras las manos En el desierto aroma de estos reyes vetustos; ¿pero es que viste acaso cuáles fueron mis sustos? Me detengo en exilios soñando; se deshojan como al pie de una fuente cuyas linfas me acojan- yertos lirios en mí, mientr
Literatura de todas partes