Plaza de la Estación, en Charleville A la plaza que un césped dibuja, ralo y pobre, y donde todo está correcto, flores, árboles, los burgueses jadeantes, que ahogan los calores, traen todos los jueves, de noche, su estulticia. -La banda militar, en medio del jardín, con el vals de los pífanos el chacó balancea: -Se exhibe el lechuguino en las primeras filas y el notario es tan sólo los dijes que le cuelgan. Rentistas con monóculo subrayan los errores: burócratas henchidos arrastran a sus damas a cuyo lado corren, fieles como cornacas, -mujeres con volantes que parecen anuncios. Sentados en los bancos, tenderos retirados, a la par que la arena con su bastón atizan, con mucha dignidad discuten los tratados , aspiran rapé en plata , y siguen: «¡Pues, decíamos!...» Aplastando en su banco un lomo orondo y fofo, un burgués con botones de plata y panza nórdica saborea su pipa, de la que cae una hebra de tabaco; -Ya saben, lo compro de estraperlo. Y por el césped verde se ríen los golf
Literatura de todas partes