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"Soledad primera", Luis de Góngora y Argote

  Era del año la estación florida en que el mentido robador de Europa  (media luna las armas de su frente,  y el Sol todos los rayos de su pelo),  luciente honor del cielo,  en campos de zafiro pace estrellas,  cuando el que ministrar podía la copa  a Júpiter mejor que el garzón de Ida,  náufrago y desdeñado, sobre ausente,  lagrimosas de amor dulces querellas  da al mar, que condolido,  fue a las ondas, fue al viento  el mísero gemido,  segundo de Arïón dulce instrumento.  Del siempre en la montaña opuesto pino  al enemigo Noto,  piadoso miembro roto,  breve tabla, delfín no fue pequeño  al inconsiderado peregrino,  que a una Libia de ondas su camino  fió, y su vida a un leño.  Del Océano pues antes sorbido,  y luego vomitado  no lejos de un escollo coronado  de secos juncos, de calientes plumas,  alga todo y espumas,  halló hospitalidad donde halló nido...

Cuentos de Juan Carlos Onetti | Cuentistas latinoamericanos

 Cuentos de Juan Carlos Onetti  Bichicome   Bienvnido, Bob   El cerdito   El obstáculo     Más cuentistas   |   Poesía    |   Inicio   Información biográfica del autor en Wikipedia:  Juan Carlos Onetti.  Brevísima biografía de Juan Carlos Onetti en el Instituto Cervantes .

Poemas de Aníbal Núñez

  Poemas de Aníbal Núñez  2.000 light years from home AA. en una esquina Amiga te contemplo mientras suena Ángel en tres lugares Aquella música que nunca... Bien que te gustaría confiésalo lanzarte... El oráculo Encuentros Epitafio para la foto del baile Flechazo místico de Colt Fumando espero al hombre que yo quiero Gormaz a sangre y fuego He metido las manos en el fuego... Hermosas ninfas que en el río metidas... ( ...echad la llave no salgáis ya más a la ondulada piel de ) Inutilidad del poeta didáctico Los deseos de Pilar Madrigal Morir soñando, sí, mas si se sueña... Mudanza Nacimiento de Venus Nada queda de nuestro palomar blanco... No solamente en Broadway Oh, náyade, nereida, ninfa, sirena, tía... Paradisaea papua Pebetero Perfume de las rosas Rima She's a rainbow Síntomas de vejez Sólo el rayo no hiere a las ortigas... Soneto acróstico con figuras de insistencia... Soneto grisáceo Todo fue sobre ruedas una mutua... Tríptico de la tristeza, de la melancolía y de ...

Amor de tarde, Mario Benedetti

Mario Benedetti Amor de tarde  Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro y acabo la planilla y pienso diez minutos y estiro las piernas como todas las tardes y hago así con los hombros para aflojar la espalda y me doblo los dedos y les saco mentiras. Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cinco y soy una manija que calcula intereses o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas o un oído que escucha como ladra el teléfono o un tipo que hace números y les saca verdades. Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las seis. Podrías acercarte de sorpresa y decirme «¿Qué tal?» y quedaríamos yo con la mancha roja de tus labios tú con el tizne azul de mi carbónico.  Mario Benedetti Más textos de Benedetti   |   Cuento    |   Poesía    |   Inicio

¡Diles que no me maten!, Juan Rulfo | Cuento

¡Diles que no me maten!  Juan Rulfo -¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad. -No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti. -Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios. -No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver allá. -Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues. -No. No tengo ganas de eso, yo soy tu hijo. Y si voy mucho con ellos, acabarán por saber quién soy y les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las cosas de este tamaño. -Anda, Justino. Diles que tengan tantita lástima de mí. Nomás eso diles. Justino apretó los dientes y movió la cabeza diciendo: -No. Y siguió sacudiendo la cabeza durante mucho rato. Justino se levantó de la pila de piedras en que estaba sentado y caminó hasta la puerta del corral. Luego se dio vuelta para decir: -Voy, pu...

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