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A una amazona, poema de Alberto Ángel Montoya

Alberto Ángel Montoya   A una amazona (G.B.)                                     "El hombre sólo es completo a caballo".                                                                         J. Barbey D'Aurevilly Quiero soñar contigo, rubia y alta amazona que has cruzado esta tarde mis predios sin saber que el hombre por quien vuelves e irrumpes en la zona clausurada del parque, no es el mismo de ayer. Has salvado los fosos y has saltado los setos. El viejo jardinero me ha dicho que eres tú. Rubia y alta amazona de los claros sonetos que yo escribí una noche porque no estabas tú. Otra mujer cercaba mis horas con los lazos del placer, y en su grito yo añoraba tu voz porque el recuerdo triste de una aurora en tus brazos segaba los minutos como al trigo la hoz. Si te amé, no sabría contestarle a mi duda. Si me amaste, qué importa?... yo te amaba tal vez. Ibas por vez primera bajo el traje desnuda, ya desceñido el cuerpo de su alba doncellez. Llevabas en tus labios tu d
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Acabas de salir de tu alcoba... Yo he entrado, Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez   Acabas de salir de tu alcoba... Yo he entrado... Acabas de salir de tu alcoba... Yo he entrado. está desarreglada, deshojada, marchita... sobre una silla de oro, el corsé perfumado que llevabas la tarde de la última cita... En el sofá -¡oh recuerdos!- la magia de tu enagua, tu huella en el desorden fragante de tu lecho, ¡ah, y en la palangana de plata, sobre el agua, una rosa amarilla que perfumó tu pecho! ¡Y un olor de imposible, de placer no extinguido y saciado, ese más que tiene la belleza, laberinto sin clave, sin fin y sin sentido, que nace con locura y muere con tristeza! Juan Ramón Jiménez Más poemas de Juan Ramón Jiménez | Poesía | Cuento | Inicio

A mi alma, poema de Juan Ramón Jiménez

  Juan Ramón Jiménez A mi alma Siempre tienes la rama preparada para la rosa justa; andas alerta siempre, el oído cálido en la puerta de tu cuerpo, a la flecha inesperada. Una onda no pasa de la nada, que no se lleve de tu sombra abierta la luz mejor. De noche, estás despierta en tu estrella, a la vida desvelada. Signo indeleble pones en las cosas. luego, tornada gloria de las cumbres, revivirás en todo lo que sellas. Tu rosa será norma de las rosas; tu oír, de la armonía; de las lumbres tu pensar; tu velar, de las estrellas. Juan Ramón Jiménez Más poemas de Juan Ramón Jiménez | Poesía | Cuento | Inicio

Oración, poema de Alaíde Foppa

  Oración Dame, señor un silencio profundo y un denso velo sobre la mirada. Así seré un mundo cerrado: una isla oscura; cavaré en mí misma dolorosamente como en tierra dura Y cuando me haya desangrado ágil y clara será mi vida Entonces, como río sonoro y transparente, fluirá libremente el canto encarcelado. Alaíde Foppa Más poemas de Alaíde Foppa | Poesía | Cuento | Inicio

Por el boulevard de los sueños rotos, de Joaquín Sabina, letra de la canción y comentario de texto

  Letra de la canción Por el boulevard de los sueños rotos, de Joaquín Sabina En el bulevar de los sueños rotos vive una dama de poncho rojo, pelo de plata y carne morena. Mestiza ardiente de lengua libre, gata valiente de piel de tigre con voz de rayo de luna llena. Por el bulevar de los sueños rotos pasan de largo los terremotos y hay un tequila por cada duda. Cuando Agustín se sienta al piano Diego Rivera, lápiz en mano, dibuja a Frida Kahlo desnuda. Se escapó de una cárcel de amor, de un delirio de alcohol, de mil noches en vela. Se dejó el corazón en Madrid ¡quien supiera reír! como llora Chavela. Por el bulevar de los sueños rotos desconsolados van los devotos De San Antonio pidiendo besos. Ponme la mano aquí Macorina, rezan tus fieles por las cantinas, Paloma Negra de los excesos. Por el bulevar de los sueños rotos moja una lágrima antiguas fotos y una canción se burla del miedo. Las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo. Se e

Alejandrina, cuento de Juan José Arreola

  Alejandrina Juan José Arreola La poetisa Alejandrina llegó procedente de Tamazula, bien munida de informes y referencias acerca de casi todos nosotros. Llegó en el momento oportuno. cuando ya estábamos reunidos y dispuestos al banquete del espíritu. Hizo su entrada con gran desenvoltura y nos saludó como a viejos conocidos; para todos tuvo una frase graciosa y oportuna. (Nuestras dos socias presentes no pudieron ocultar su sorpresa, un tanto admiradas e inquietas.) Una fragancia intensa y turbadora, profundamente almizclada, invadió el aposento. Al respirarla, todos nos sentimos envueltos en una ola de simpatía, como si aquel aroma fuera la propia emanación espiritual de Alejandrina. (La inquietud de nuestras socias aumentaba visiblemente; en ellas, el perfume parecía operar de una manera inversa, y su fuga se hacía previsible de un momento a otro.) Lo más fácil para describir a Alejandrina sería compararla a una actriz, por la fácil naturalidad de todos sus movimientos, ademanes y p

Cuentos de Julio Cortázar

 Cuentos de Julio Cortázar  Lista en orden alfabético de los cuentos de Julio Cortázar publicados en Letras de acá y de allá: Alguien que anda por ahí  Almuerzos   Instrucciones para subir una escalera   Más Cuento    |    Poesía     |    Letras de canciones    |    Inicio  

Almuerzos, cuento de Julio Cortázar

  Almuerzos Julio Cortázar En el restaurante de los cronopios pasan estas cosas, a saber, que un fama pide con gran concentración un bife con papas fritas, y se queda deunapieza cuando el cronopio camarero le pregunta cuántas papas fritas quiere. —¿Cómo cuántas? —vocifera el fama—. ¡Usted me trae papas fritas y se acabó, qué joder! —Es que aquí las servimos de a siete, treinta y dos, o noventa y ocho —explica el cronopio. El fama medita un momento, y el resultado de su meditación consiste en decirle al cronopio: —Vea, mi amigo, váyase al carajo. Para inmensa sorpresa del fama, el cronopio obedece instantáneamente, es decir que desaparece como si se lo hubiera bebido el viento. Por supuesto el fama no llegará a saber jamás dónde queda el tal carajo, y el cronopio probablemente tampoco, pero en todo caso el almuerzo dista de ser un éxito. Julio Cortázar Papeles inesperados , 2009 Más cuentos de Julio Cortázar   |   Cuento    |   Poesía    |   Inicio

Ángel en tres lugares, Aníbal Núñez

  Ángel en tres lugares Espera en aquel banco que llegue hasta ella un ángel                                                    -soy el único (y no soy de este mundo) que se sienta a su lado y no pregunta nada-. vuelve y ya no está ella: y le hace reverencias a su ausencia brillante. Aníbal Nuñez Más poemas de Aníbal Núñez    |    Poesía    |    Cuento    |    Inicio