Charles Baudelaire
Conoces, tal mi
caso, ese dolor sabroso,
Y de ti haces que digan: «¡Qué ser tan singular!»
-Iba a morir. Y había en mi alma amorosa,
Deseo mezclado a horror, un raro sufrimiento;
Y de ti haces que digan: «¡Qué ser tan singular!»
-Iba a morir. Y había en mi alma amorosa,
Deseo mezclado a horror, un raro sufrimiento;
Angustia y
esperanza, sin humor encontrado.
Mientras más se vaciaba la arena ineluctable,
Más deliciosa y áspera resultó mi tortura;
Se desgajaba mi alma del mundo familiar.
Mientras más se vaciaba la arena ineluctable,
Más deliciosa y áspera resultó mi tortura;
Se desgajaba mi alma del mundo familiar.
Y era como ese
niño, ávido de espectáculos,
Que odia el telón igual que se odia una barrera.
Hasta que, al fin, la fría verdad se desveló:
Que odia el telón igual que se odia una barrera.
Hasta que, al fin, la fría verdad se desveló:
Sin
sentirlo, había muerto, y la terrible aurora
Me circundaba. -¡Cómo! ¿No es más que esto, al fin?
El telón se había alzado y yo aguardaba aún.
Me circundaba. -¡Cómo! ¿No es más que esto, al fin?
El telón se había alzado y yo aguardaba aún.
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Charles Baudelaire (1821-1867), escritor francés de gran trascendencia, pieza clave en el paso a lo que hoy se denomina "poesía moderna"
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Letras de acá y de allá. Blog de Literatura.
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