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Alejandrina, cuento de Juan José Arreola

  Alejandrina Juan José Arreola La poetisa Alejandrina llegó procedente de Tamazula, bien munida de informes y referencias acerca de casi todos nosotros. Llegó en el momento oportuno. cuando ya estábamos reunidos y dispuestos al banquete del espíritu. Hizo su entrada con gran desenvoltura y nos saludó como a viejos conocidos; para todos tuvo una frase graciosa y oportuna. (Nuestras dos socias presentes no pudieron ocultar su sorpresa, un tanto admiradas e inquietas.) Una fragancia intensa y turbadora, profundamente almizclada, invadió el aposento. Al respirarla, todos nos sentimos envueltos en una ola de simpatía, como si aquel aroma fuera la propia emanación espiritual de Alejandrina. (La inquietud de nuestras socias aumentaba visiblemente; en ellas, el perfume parecía operar de una manera inversa, y su fuga se hacía previsible de un momento a otro.) Lo más fácil para describir a Alejandrina sería compararla a una actriz, por la fácil naturalidad de todos sus movimientos, ademanes...

Cuentos de Julio Cortázar

 Cuentos de Julio Cortázar  Lista en orden alfabético de los cuentos de Julio Cortázar publicados en Letras de acá y de allá: Alguien que anda por ahí  Almuerzos   Instrucciones para subir una escalera   Más Cuento    |    Poesía     |    Letras de canciones    |    Inicio  

Almuerzos, cuento de Julio Cortázar

  Almuerzos Julio Cortázar En el restaurante de los cronopios pasan estas cosas, a saber, que un fama pide con gran concentración un bife con papas fritas, y se queda deunapieza cuando el cronopio camarero le pregunta cuántas papas fritas quiere. —¿Cómo cuántas? —vocifera el fama—. ¡Usted me trae papas fritas y se acabó, qué joder! —Es que aquí las servimos de a siete, treinta y dos, o noventa y ocho —explica el cronopio. El fama medita un momento, y el resultado de su meditación consiste en decirle al cronopio: —Vea, mi amigo, váyase al carajo. Para inmensa sorpresa del fama, el cronopio obedece instantáneamente, es decir que desaparece como si se lo hubiera bebido el viento. Por supuesto el fama no llegará a saber jamás dónde queda el tal carajo, y el cronopio probablemente tampoco, pero en todo caso el almuerzo dista de ser un éxito. Julio Cortázar Papeles inesperados , 2009 Más cuentos de Julio Cortázar   |   Cuento    |   Poesía    ...

Ángel en tres lugares, Aníbal Núñez

  Ángel en tres lugares Espera en aquel banco que llegue hasta ella un ángel                                                    -soy el único (y no soy de este mundo) que se sienta a su lado y no pregunta nada-. vuelve y ya no está ella: y le hace reverencias a su ausencia brillante. Aníbal Nuñez Más poemas de Aníbal Núñez    |    Poesía    |    Cuento    |    Inicio  

Amiga te contemplo mientras suena, Aníbal Núñez

Amiga te contemplo mientras suena Aníbal Nuñez Amiga te contemplo mientras suena lusi indescai uiz daiamons tus dos trenzas nostálgicas del colegio de monjas caserón donde el amor tendiera sus acechos en los libros de misa las señales que te dejó en la frente varicela te veo la boca amor acantilado donde rompe tu voz... y como veo también las señales del tiempo consumido a mi lado -la música cesó- recojo la mirada y la vuelvo pasando por tu brazo por tu muñeca donde son las siete de la tarde y la llevo hasta el cielo inanimado que hoy amenaza lluvia. Marzo de  1970 Más poemas de Aníbal Núñez    |    Poesía    |    Cuento    |    Inicio  

2.000 light years from home, Aníbal Núñez

2.000 light years from home                                                                                                            The   Rolling  Stones Náyade imperceptible emerges poco antes del desayuno en sueños imposible de guardar en las páginas del libro de cabecera                      Sota de la baraja rota en la que mato el tiempo haciendo ...

Cheché, Dulce María Loynaz

  Cheché                                             (Muchacha que hace flores artificiales)                                                           Dedico estos veros a la señorita                                              Mercedes Sardañas, heroina anónima ...

Alguien que anda por ahí, cuento de Julio Cortázar

Julio Cortázar Alguien que anda por ahí A Esperanza Machado, pianista cubana. A Jiménez lo habían desembarcado apenas caída la noche y aceptando todos los riesgos de que la caleta estuviera tan cerca del puerto. Se valieron de la lancha eléctrica, claro, capaz de resbalar silenciosa como una raya y perderse de nuevo en la distancia mientras Jiménez se quedaba un momento entre los matorrales esperando que se le habituaran los ojos, que cada sentido volviera a ajustarse al aire caliente y a los rumores de tierra adentro. Dos días atrás había sido la peste del asfalto caliente y las frituras ciudadanas, el desinfectante apenas disimulado en el lobby del Atlantic, los parches casi patéticos del bourbon con que todos ellos buscaban tapar el recuerdo del ron; ahora, aunque crispado y en guardia y apenas permitiéndose pensar, lo invadía el olor de Oriente, la sola inconfundible llamada del ave nocturna que quizás le daba la bienvenida, mejor pensarlo así como un conjuro. Al principio a York l...

A tientas, poema de Mario Benedetti

  A tientas Se retrocede con seguridad pero se avanza a tientas uno adelanta manos como un ciego ciego imprudente por añadidura pero lo absurdo es que no es ciego y distingue el relámpago la lluvia los rostros insepultos la ceniza la sonrisa del necio las afrentas un barrunto de pena en el espejo la baranda oxidada con sus pájaros la opaca incertidumbre de los otros enfrentada a la propia incertidumbre se avanza a tientas / lentamente por lo común a contramano de los convictos y confesos en búsqueda tal vez de amores residuales que sirvan de consuelo y recompensa o iluminen un pozo de nostalgias se avanza a tientas/ vacilante no importan la distancia ni el horario ni que el futuro sea un vislumbre o una pasión deshabitada a tientas hasta que una noche se queda uno sin cómplices ni tacto y a ciegas otra vez y para siempre se introduce en un túnel o destino que no se sabe dónde acaba. Mario Benedetti Más textos de Benedetti   |   Cuento    |   Poesí...

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