Amado Nervo
Porque
contemplo aún albas radiosas
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
en que tiembla el lucero de Belén,
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
gracias, ¡está bien!
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
en que tiembla el lucero de Belén,
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
gracias, ¡está bien!
Porque en
las tardes, con sutil desmayo,
piadosamente besa el sol mi sien,
y aun la transfigura con su rayo:
gracias, ¡está bien!
piadosamente besa el sol mi sien,
y aun la transfigura con su rayo:
gracias, ¡está bien!
Porque en
las noches una voz me nombra
(¡voz de quien yo me sé!), y hay un edén
escondido en los pliegues de mi sombra:
gracias, ¡está bien!
(¡voz de quien yo me sé!), y hay un edén
escondido en los pliegues de mi sombra:
gracias, ¡está bien!
Porque
hasta el mal en mí don es del cielo,
pues que, al minarme va, con rudo celo,
desmoronando mi prisión también;
porque se acerca ya mi primer vuelo:
gracias, ¡está bien!
pues que, al minarme va, con rudo celo,
desmoronando mi prisión también;
porque se acerca ya mi primer vuelo:
gracias, ¡está bien!
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Amado Nervo (1870-1919) fue un poeta mexicano modernista.
Amado Nervo (1870-1919) fue un poeta mexicano modernista.
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