Ir al contenido principal

"La sombra del ala", Amado Nervo


Amado Nervo



Tú que piensas que no creo
cuando argüimos los dos,
no imaginas mi deseo,
mi sed, mi hambre de Dios;


ni has escuchado mi grito
desesperante, que puebla
la entraña de la tiniebla
invocando al Infinito;


ni ves a mi pensamiento,
que empeñado en producir
ideal, suele sufrir
torturas de alumbramiento.


Si mi espíritu infecundo
tu fertilidad tuviese,
forjado ya un cielo hubiese
para completar su mundo.


Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¿quién sabe?;


que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?


De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación 



_____________________________________________________
Puede comprar libros de Amado Nervo y libros sobre Amado Nervo siguiendo este enlace.


Amado Nervo (1870-1919) fue un poeta mexicano modernista.
_________________________________
Letras de acá y de allá. Blog de literatura.


Comentarios

Entradas populares de este blog

"Como la tierna madre..." (Soneto XIV), Garcilaso de la Vega (Soneto y comentario)

Garcilaso de la Vega Como la tierna madre –que el doliente hijo le está con lágrimas pidiendo alguna cosa de la cual comiendo sabe que ha de doblarse el mal que siente, y aquel piadoso amor no le consiente que considere el daño que, haciendo lo que le piden, hace– va corriendo y aplaca el llanto y dobla el accidente: así a mi enfermo y loco pensamiento, que en su daño os me pide, yo querría quitarle este mortal mantenimiento; mas pídemele y llora cada día tanto que cuanto quiere le consiento, olvidando su muerte y aun la mía. Garcilaso de la Vega Más poemas de Garcilaso | Cuento   |   Poesía |   Letras de canciones   |  Inicio   Comentarío de análisis del poema: El soneto de Garcilaso de la Vega, "Como la tierna madre" -soneto XIV-, es una composición poética que aborda el tema del amor maternal y el sacrificio que una madre está dispuesta a hacer por su hijo. El poema comienza con una imagen poderosa, una madre que consuela a su hijo doliente que

"¡Aleluya!", Rubén Darío

Rubén Darío   XXVI ¡ALELUYA! A Manuel Machado    Rosas rosadas y blancas, ramas verdes,  corolas frescas y frescos  ramos, Alegría!    Nidos en los tibios árboles,  huevos en los tibios nidos,  dulzura, Alegría!    El beso de esa muchacha  rubia, y el de esa morena,  y el de esa negra, Alegría!    Y el vientre de esa pequeña  de quince años, y sus brazos  armoniosos, Alegría!    Y el aliento de la selva virgen,  y el de las vírgenes hembras,  y las dulces rimas de la Aurora,  Alegría, Alegría, Alegría! Rubén Darío Más poemas de Rubén Darío Más Poesía    |    Cuento    |    Letras de canciones    |    Inicio

AA. en una esquina, Aníbal Núñez | Poesía

  AA. en una esquina Aquí, al volver el sol, han confluido mi sangre con tu sangre de noviembre: verde seco es vasija de otro verde seco que abarca toda la costumbre de renacer -cenizas son los días diecinueve y cada noche en que Saturno manda en las estrellas- No hay lugar para ti y para mí juntos en esta ciudad rota en la que somos tú y yo, no lo mejor de cada uno sino tú y yo. No hay sitio. Hay una esquina que, aunque lugar de citas imposibles, es el único punto que nos queda para que la belleza del encuentro y el dolor consecuente a la belleza dignifiquen al menos nuestra ausencia. Noviembre, 1974 Aníbal Núñez  Más poemas de Aníbal Núñez    |   Poesía    |   Cuento    |    Inicio