Al tramontar del sol, la ninfa mía,
de flores despojando el verde llano,
cuantas troncaba la hermosa mano,
tantas el blanco pie crecer hacía.
Ondeábale el viento que corría
el oro fino con error galano,
cual verde hoja del álamo lozano
se mueve al rojo despuntar del día;
mas luego que ciñó sus sienes bellas
dé los varios despojos de su falda
(término puesto al oro ya la nieve),
juraré que lució más su guirnalda
con ser de flores, la otra ser de estrellas,
que la que ilustra el cielo en luces nueve.
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Luis de Góngora y Argote (1561-1627), uno de los grandes
sonetistas de la lengua española; a partir de su estilo rebuscado se creó el
adjetivo gongorino.
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Letras de acá y de allá. Blog de literatura.
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