Tengo
estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
Como el
mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.
Nadie me
salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo
por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.
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Miguel Hernández (1910-1942), gran poeta español, de un lirismo
vigoroso.
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Letras de
acá y de allá. Blog de literatura.
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