Soneto en que satisfaga un recelo con la retórica del llanto
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues ente el llanto que el dolor vertía
el corazón deshecho destilaba.
¡Baste ya de rigores, mi bien, baste!
No te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
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Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) Maravillosa poeta mexicana de la época del virreinato. Dejó magistrales sonetos.
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Letras de acá y de allá. Blog de literatura.
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